Los fluidos corporales.

Hay muchos tipos diferentes de fluidos corporales que son secretadas por el cuerpo y también están presentes en el cuerpo en un momento determinado.  Estos fluidos pueden ser útiles para ayudar a los científicos forenses y patólogos para que armen un cuadro detallado de cómo una persona murió y asimismo puedan representar medios de identificación del autor.

Tipos de fluidos corporales:

Los fluidos corporales se dividen en dos categorías: excretados y secretados. Dentro de esas categorías encontramos los siguientes:

Excretados (excretar significa expulsar los residuos metabólicos, como la orina o el anhídrido carbónico de la respiración): sudor, la leche materna, cerumen (cerilla del oído), heces (se incluyen porque las heces suelen estar  cubiertas de una membrana mucosa que facilita el viaje a través del intestino), quimo (pasta homogénea y agria, variable según los casos, en que los alimentos se transforman en el estómago por la digestión), bilis, vómito, humor acuoso (una sustancia acuosa que cubre el ojo), sebo (aceite de la piel).

Secretados (dicho de una glándula: significa despedir materias elaboradas por ella y que el organismo utiliza en el ejercicio de alguna función): líquido pre-eyaculatorio), sangre o plasma, semen, saliva, eyaculación de la mujer, suero u orina.

Los fluidos corporales como evidencia:

Estos fluidos diferentes se encuentran contenidos dentro del cuerpo humano y aquellos que son clasificados como secretados  se encuentran sobre o alrededor  del cuerpo de un individuo que ha sido víctima de un crimen.

Los fluidos corporales más comunes que se encuentran en estos casos son la sangre, el semen, el suero, la saliva y, a veces - dada la gravedad del delito - la orina o las heces. Es el trabajo del científico forense o el oficial que actúa en el escenario del hecho establecer si alguno de estos ellos está presente en la escena del crimen y tomar las medidas necesarias para garantizar que se recogen.

De ser detectados, estos elementos  se levantarán con hisopos y se colocarán en bolsas con la menor cantidad de aire en su interior y con bajo riesgo de contaminación cruzada.

Adicionalmente,  se puede implementar el uso de productos químicos y luz ultravioleta para descubrir la existencia de cualquiera de estos fluidos en circunstancias donde podrían pasarse por alto. En particular, si la escena del crimen es un área oscura o mal iluminada o un área externa que cubre una distancia considerable.

También es útil tener en cuenta el hecho de que no todos los fluidos corporales contienen información suficiente para obtener una comparación de ADN. Esto sucede cuando el individuo es lo que se describe como un "no-secretor". Un "no-secretor no tendrá los suficientes niveles de proteína en sus fluidos corporales como para determinar una coincidencia entre la sangre y los fluidos corporales encontrados en un escenario delictivo. Por supuesto, el porcentaje de "no secretores" entre los poblados, en oposición al de “secretores”,  es muy pequeño.

Otro factor importante cuando se trabaja en una escena del crimen que puede tener fluidos corporales secretados, es que todo el personal debe estar completamente vestido con ropa de protección para evitar tanto la contaminación de la escena del crimen como la posible exposición a enfermedades transmitidas por la sangre que puede pasar a ellos a través de cortes, raspaduras y / o ingestión.

Una vez más vale la pena considerar los riesgos de infección para todos los interesados ​​y también ver cómo la evidencia se recoge en el escenario;  sin los procedimientos de cuarentena adecuados, la evidencia que podría ser vital para el éxito de cualquier investigación penal - y en ocasiones lo ha sido- podría inadvertidamente ser  contaminada  por la o las personas que manipulan su levantamiento y transporte. Por supuesto, estos casos son raros, pero es vital que se tomen todas las precauciones para asegurar que este no sea el caso.

Así como los líquidos corporales, el médico forense y / o el oficial que opera en la escena del hecho, buscará rastros de evidencia, tales como partículas de piel, pelos, uñas y todo lo que pueda haber estado en contacto con un atacante o agresor.