Las falsificaciones pueden hacerse de varias maneras. Algunas son más fácilmente perceptibles que otras.
Una de las más comunes y probablemente más fáciles de descubrir es la falsificación llevada a cabo sin un modelo o ejemplar para imitar. Este tipo de falsificación tiene el éxito más alto en la identificación del autor.
Otro método de crear una falsificación es cuando el falsario utiliza una firma genuina como modelo e intenta simular los movimientos de la víctima dibujándola lenta y cuidadosamente. Esto se descubre identificando los hábitos escriturarios individuales y microscópicos del autor que estén consistentemente presentes en las firmas conocidas de la víctima pero ausentes en la firma cuestionada. Ello es debido a la incapacidad del falsificador de reproducir todos los hábitos de escritua de la víctima.