martes, 3 de abril de 2012

Introducción a las Artes Gráficas


Sistemas de, conjunto de equipos empleados para componer textos adecuados para su reproducción mediante las diversas técnicas de impresión actuales. El invento de las componedoras a principios del siglo XIX acabó con uno de los mayores cuellos de botella en la industria de la impresión, con lo que la composición manual quedó superada. Los equipos de fotocomposición actuales pueden producir composiciones de alta calidad en un gran número de tipos de letra y tamaños, a una velocidad que sólo depende del operador de los teclados. Las decisiones sobre el espaciamiento, justificación, paginación y formato son definidas por complejos programas informáticos de composición; los controles manuales permiten al operador la modificación definitiva de los parámetros de impresión. Incluso los trabajos realizados en el hogar o en la oficina con procesadores de textos pueden ser leídos y formateados fácilmente por los sistemas de composición siguiendo las especificaciones de un tipógrafo.




COMPOSICIÓN MECÁNICA EN CALIENTE

Las primeras componedoras estaban diseñadas para componer caracteres de metal fundido que se guardaban en cajetines o chibaletes. El invento de las componedoras se atribuye al doctor William Church, en el año 1822, un estadounidense que pasó la mayor parte de su vida en Inglaterra. A pesar de que su máquina era ingeniosa y pionera nunca llegó a tener éxito comercial. Los inventores continuaron trabajando en el desarrollo de máquinas de composición que lograran distribuir caracteres de metales fundidos prefabricados, pero la verdadera revolución llegó cuando se descubrió que los mejores sistemas se basaban en la llamada tecnología de composición en caliente, que permitían componer nuevos caracteres a partir de matrices ya compuestas. En 1885 Ottmar Mergenthaler construyó una máquina de composición en caliente que al poco tiempo evolucionó hacia la linotipia y que tuvo un gran éxito. En 1886 la primera linotipia —así llamada porque componía líneas enteras de caracteres al mismo tiempo— fue instalada en el New York Tribune, iniciando su largo reinado en la edición de periódicos en todo el mundo. Las matrices de cada caracter se almacenaban dentro de cajetines y se distribuían en el orden apropiado a un ensamblador por el operador del teclado, enviándose luego con los espacios adecuados a una componedora. Una vez compuesta la línea de tipos las matrices se devolvían a sus respectivos cajetines.

El invento de la monotipia tuvo una importancia parecida en la historia de los sistemas de composición mecánica en caliente. Al igual que Mergenthaler, el inventor Tolbert Lanston descubrió las ventajas de trabajar con matrices. A partir de 1883, Lanston fabricó varias máquinas, algo diferentes en diseño, pero con la característica común de que funcionaban siguiendo instrucciones previamente codificadas en una cinta de papel perforado. Los primeros modelos de éxito comercial aparecieron a finales del siglo XIX, y consistían en un teclado y una componedora controlada por una cinta. A diferencia de la linotipia, la monotipia producía caracteres metálicos individuales: era una máquina de gran adaptabilidad. La matriz deseada se llevaba a su posición mediante una cinta perforada de papel que contenía las instrucciones de composición. Aunque se desarrollaron otros tipos de máquinas de composición en caliente las linotipias y monotipias se extendieron como sistemas de composición generalizados.

FOTOCOMPOSICIÓN

En el siglo XX, a medida que aumentaba la dependencia en los procesos de impresión offset, se hizo patente la necesidad de contar con un tipo diferente de sistemas de impresión que no emplearan caracteres de metal en relieve. El procedimiento de la fotografía, ya empleado para imágenes en placas litográficas, era la forma en la que los inventores esperaban poder superar la composición mecánica en caliente. En 1894 apareció un sistema prototipo, pero su desarrollo se vio obstaculizado por problemas técnicos.

La primera máquina rentable de fotocomposición fue instalada en la Oficina de Impresión del gobierno de Estados Unidos en la ciudad de Washington, en 1946. Bautizada con el nombre de Intertype Fotosetter, se basaba en la tecnología de los mecanismos de composición de la linotipia, pero sustituía los caracteres de cada matriz de bronce por finas películas en negativo llamadas fotolitos. Se trataba de una unidad de exposición que movía de forma secuencial cada fotolito entre una fuente luminosa y un papel fotosensible. Las máquinas de fotocomposición, y otras parecidas, eran en lo básico máquinas de linotipia reconvertidas y fueron definidas como la primera generación de sistemas de fotocomposición.

Las máquinas de la segunda generación eran electromecánicas y utilizaban luces estroboscopias, sistemas de lentes y espejos para 'congelar' los caracteres en un disco matriz de giro rápido o en una rejilla en movimiento. Las instrucciones precodificadas en una cinta de papel se encargaban de ordenar la exposición secuencial de los caracteres de impresión en el tamaño adecuado sobre la superficie de un papel sensible. La primera máquina de este tipo fue la Lumitype 200, inventada en Francia por René Higonnet y Louis Moyroud, y fabricada por primera vez en 1956. Máquinas similares eran la Linofilm de Mergenthaler y la Fototronic Intertype.

Las máquinas de tercera generación aparecieron a finales de la década de 1960 y se perfeccionaron a lo largo de los setenta. Muchos de los últimos modelos sustituyen el almacenamiento de los caracteres maestros en películas o cristal, por un generador de caracteres que envía señales de vídeo a un tubo de rayos catódicos (TRC) que, a su vez, era expuesto mediante un sistema de lentes o un haz de fibras ópticas, sobre un papel sensible. Entre las máquinas de este tipo destacan la Linotrón de Mergenthaler y la Hell Digiset, construidas en Alemania, y su homóloga estadounidense, la Videocomp de RCA.

Una característica de todas las máquinas de fotocomposición de tercera generación es la pantalla de vídeo que permite al operador comprobar la evolución del proceso de composición. A medida que se perfeccionaron los equipos electrónicos de visión, se pudo lograr un visionado de gran exactitud y resolución del producto final. Los sistemas de visionado más elaborados pueden llegar a generar aproximaciones razonablemente exactas del tipo de letra.

Llegados a este punto, la definición o resolución final de los caracteres va siendo cada vez más perfecta. Un problema nuevo se presentó con la introducción del almacenamiento digital y los tubos de rayos catódicos. Dado que cada carácter está compuesto de líneas verticales de puntos negros (la porción más pequeña de una imagen codificada) —a través de un proceso conocido como encuadramiento de imagen— los bordes oblicuos o curvados de los caracteres quedaban dispuestos con un efecto de escalera, lo que popularmente se conoce como 'dentado'.

EQUIPOS LÁSER

El término fotocomposición apenas sirve para describir con exactitud el funcionamiento de los sistemas más avanzados pertenecientes a la cuarta generación de máquinas de fotocomposición. Estas máquinas emplean por lo general rayos láser que funcionan según las instrucciones de un ordenador para determinar la impresión; también pueden producir artes lineales y de media tinta. Los caracteres maestros se almacenan digitalmente en la memoria del ordenador. Los aparatos láser, igual que las máquinas de composición de tubos de rayos catódicos de tercera generación, también permiten obtener caracteres (e ilustraciones) por encuadramiento de imágenes, pero se diferencian en que utilizan procesadores de encuadramiento de imagen que conducen el barrido horizontal del láser a través de la página de arriba a abajo. En las componedoras digitales de alta calidad, como las Lasercomp Monotype y las Linotronic de Mergenthaler, esas líneas de exploración horizontal se consiguen con una densidad de entre 1.270 y 2.540 puntos por pulgada.

EQUIPOS DE EDICIÓN ELECTRÓNICA (DTP)

A finales de los ochenta, la aparición de la tecnología de edición electrónica (DTP) revolucionó los sistemas de impresión. Estimulados por la disminución de los costos y la miniaturización de la memoria, los ordenadores personales a precios asequibles, producen en la actualidad documentos de una complejidad sorprendente. Cuando se preparan documentos con el software adecuado, se pueden crear presentaciones de gran calidad, eligiendo entre cientos de tipos de letras o combinando cualquier elemento gráfico además de ordenar los documentos de acuerdo con formatos predefinidos o transformarlos de diversos modos. Un hito en la historia de la autoedición electrónica fue la aparición en el mercado, en la década de 1980, de los ordenadores o computadoras Macintosh de Apple Computer que, basados en una interfaz gráfica, se caracterizaron por un fácil manejo y sencillez de aprendizaje.

Hoy día la posibilidad de trabajar con los mismos programas informáticos de autoedición en la plataforma Macintosh y la plataforma PC, ha permitido aumentar tanto el número de usuarios como el de aplicaciones que realizan este tipo de trabajo. Entre todos estos programas podemos destacar, en la actualidad, los desarrollados por las compañías Adobe System Incorporated (PageMaker); Quark Inc. (QuarkXpress) y Corel Corporation (Corel ventura). En cualquier caso no hay que olvidar que en el campo de la informática la investigación es constante en la búsqueda de productos nuevos, y los cambios y perfeccionamiento de estos programas se realizan día a día.

Una vez preparado el documento a gusto del operador o diseñador, el archivo debe ser tratado por la computadora para su transmisión a una impresora que activa su mecanismo de impresión por láser para el encuadramiento horizontal de las líneas. Este proceso electrónico es gestionado por lo que se conoce como Lenguaje de Descripción de Página (LDP). El LDP proporciona a la impresora las instrucciones necesarias para aplicar las numerosas marcas minúsculas que compondrán los diferentes tipos de letra. Conectado a una impresora láser capaz de imprimir con una resolución de unos 800 puntos por pulgada en adelante, el ordenador personal puede generar composiciones de una notable calidad.

Nunca desde los orígenes de la impresión se había llegado a que una sola persona pudiera controlar el diseño, la composición y la impresión, haciendo desaparecer las tradicionales barreras entre los sectores especializados de la industria de las artes gráficas.

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